¡El heredero de la corona había aparecido! La reina viuda y el Consejo del Rey estaban más que satisfechos, pero Luc Dumont, jefe de seguridad del palacio y nuevo heredero, pensaba que debía tratarse de un error. Le resultaba increíble que después de creerse plebeyo toda su vida, fuese el nuevo rey de St. Michel. Y como siempre, la encantadora Juliet Beaudreau estaba a su lado, ayudándolo y enseñándole a comportarse acorde con las nuevas circunstancias.
Pero él no podía concentrarse en el protocolo cuando lo que de verdad quería era tener a su competente profesora entre sus brazos y satisfacer otro tipo de necesidades...
Y mientras se preparaba para ocupar el trono, se preguntaba si la tímida y callada reina de su corazón estaría dispuesta a ser también la reina de St. Michel.