Siendo el único médico de la Isla de Briman, Christie trabajaba día y noche cuidando a los habitantes del lugar. Era consciente de que no podía casarse y abandonarlos... pero una noche de tormenta, Christie le salvó la vida a un desconocido y su vida cambió para siempre...
Aquel desconocido era el doctor Hugo Tallent, un anestesista de Brisbane que enseguida le ofreció a Christie la ayuda que tanto necesitaba. A Hugo le encantaba la isla y, en poco tiempo, se enamoró también de Christie. Pero ella se negaba a marcharse, y él tenía motivos por los que no podía quedarse...