Dos plagas azolan los campos y los sueños de prosperidad de don Chema Pinto: una natural, que gracias a los pesticidas y el cuidado del sembradío se encuentra bajo control; y la otra, mucho más temible, la podredumbre y corrupción de un sistema que acorrala y asfixia al agricultor del campo mexicano. Don Chema, acostumbrado a las derrotas, no está dispuesto a soportarlo más.
                                                    
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