Si la bestia existe, seré su cazador. Voy a asesinar a Alexander Skartzia.
«El primer recuerdo que poseo, y al que me he aferrado con un odio casi enfermizo durante los últimos diecinueve años, es el de una masa gris, borrosa por el movimiento, cerniéndose sobre mí. Junto a la imagen revive un hedor de saliva y sangre. Esta es la única memoria que tengo de mi padre.»
El día en que descubre la verdad sobre la muerte de su madre, Evan jura dar caza a su asesino. Obsesionado, persigue su pista por todo el continente, adentrándose cada vez más en el monstruoso mundo de su padre.
¿Cuánto hay de verdad y cuánto de imposible en su búsqueda, y en las criaturas siniestras que lo acechan en el horizonte?
¿Cuánto de esa bestia lleva Evan consigo, y cuánto deja atrás en un reguero de sangre?