La escuela, espacio donde la gramática con la que fue creada alcanzó su éxito, devino, al mismo tiempo, en crisis de las formas de enseñar. Sin embargo sigue siendo el lugar privilegiado donde anida la construcción de la ciudadanía, un espacio de vida, inundado de sujetos que se identifican, se encuentran, se asocian, se rebelan con sus ritos y pasiones. A través de abordajes que se posicionan en los sujetos que aprenden y en los docentes que guían y acompañan, ambos sujetos del discurso y de la acción pedagógica, este libro recorre el escenario de algunas formas del enseñar, aprender y evaluar y sugiere claves para la intervención en el aula. Tomar en cuenta algunos rasgos de esta escuela-escenario donde se realizó la investigación resulta imprescindible para su lectura, en tanto se trata de una escuela preuniversitaria, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, poseedora de autonomía relativa e hija de tradiciones que la referencian como formadora de hombres de libre pensamiento. Estas expresiones críticas se hacen tangibles cuando se analizan, en la cotidianeidad de los actores, los momentos en que la cuestionan, la tensionan y preguntan. Definitivamente, este es un trabajo que aporta al campo de la didáctica desde una posición ética y política. Un desafío para la escuela pública que debiera provocar, la “compatía”, que ha descripto hace un tiempo Octavio Paz como esa posibilidad de sentir el dolor del otro
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