Esta sorprendente novela sumergirá al lector en el mundo alucinante de ‘Anaconda Park’, un lugar de diversión y entretenimiento construido por el poder del Estado para curar la tristeza y el desencanto de los ciudadanos. Todo parece ir bien, hasta que el narrador va develando los oscuros entresijos de una dictadura populista disfrazada de democracia. A partir de la mesiáni- ca catarsis del Máximo Víaspuentes, el esperpéntico personaje de esta novela, se nos revelarán los sutiles trazos de una descomunal e hiperbólica sátira sobre las maniobras del insaciable populista para perpetuarse. Mientras esto ocurre, su omnímodo poder, cual los anillos de la anaconda gigante de metal y vidrio que sirve de icono y artificio central del parque, irá constriñendo a los ciudadanos…, hasta que un hecho insólito develará, al final, la repulsiva materia en que todo ello se asienta.
Las grotescas peripecias de esta cruel y poderosa parábola política –sinécdoque de los nuevos males que parecen azotar la civilización humanística y democrática en que creíamos vivir sin mayores sobresaltos–, se levantan como una voz de alerta, como un grito, para, desde la ficción literaria, alertarnos de una ominosa realidad que, cual maligna peste, se extiende por todo el orbe, desde Hispanoamérica hasta el continente asiático, pasando por Estados Unidos y Europa.
Pura ludo-ficción, esta lúcida novela distópica –que nos recuerda lo mejor de Orwell y de Camus– se convierte, así, en un manual literario del ‘perfecto populista’ para ser leído, o censurado acaso, en estos tiempos convulsos, retorcido espejo de nuestra contemporaneidad herida.
“Jaime Marchán, uno de nuestros autores más caracterizados y personales, ha publicado en años recientes novelas muy bien armadas, con un fuerte sentido de la trama y del suspenso, tanto como de la realidad sobre la cual proyecta una irónica mirada” (Francisco Proaño Arandi, Literatura ecuatoriana contemporánea, Quito, 2000).