En este ensayo de ficción Thomas de Quincey reivindica el arte del asesinato bajo criterios estéticos y destaca sus aspectos macabros. El libro está compuesto por dos artículos publicados en la revista Blackwood Magazine en 1827 y 1829 y un post scriptum de 1854. El primer artículo, narrado en primera persona, tiene un formato de conferencia pronunciada en la Sociedad de Conocedores de Asesinato –aficionados al asesinato– y su tono es totalmente irónico, por lo que se considera todo un clásico del humor inglés. De Quincy habla de la muerte pero desde una perspectiva diferente a lo que se había escrito hasta el momento, desde el punto de vista del asesino. Habla de su moral, de aquel que disfruta y se recrea con el homicidio como si se tratara de un espectáculo, y del aspecto estético.