Las huellas de unas pisadas en la nieve convencen al sargento Heath de que la casa Greene ha sido atacada por un ladrón que, descubierto, ha disparado contra Julia y Ada.
Rex, Chester, Julia, Sibella y Ada viven sometidos a la voluntad despótica de una madre lisiada que domina sus vidas desde la cama. Tobias Greene, el patriarca, ha dejado un testamento que los obliga a vivir en la mansión familiar durante 25 años si quieren ver su parte de la herencia. En el ambiente sofocante de la casa, todos se odian abiertamente.
La obstinación del sargento Heath no se conmueve cuando un tercer ataque acaba con la vida de otro de los hermanos. Pero Philo Vance tiene la fuerte intuición de que la fuerza asesina está en los muros depravados de la casa. Le faltan las pistas, que deberá encontrar antes de que el asesino acabe con todos los herederos de Tobias Greene.