Crítica
Muchos habían oído hablar, como si de una leyenda urbana se tratase, de un relato de apenas cien páginas que narraba el hundimiento del Titanic con todo lujo de detalles... 14 años antes del suceso. Pero aunque pocos lo hayan tenido en sus manos, el libro existe. Se llama Futilidad o El naufragio del Titán y lo escribió Morgan Robertson, escritor y oficial estadounidense de la marina mercante, en 1898. Ahora, en el centenario de la tragedia, llega a nosotros de la mano de la editorial Nórdica.
El cultura
Algunos creen que se trata de una mera casualidad y otros que el autor escribió un libro premonitorio de lo que sucedería años después, lo que dota al texto de un claro interés histórico. Sea lo que fuere, el texto de Morgan Robertson puede leerse en clave de novela de catástrofes o aventuras y deja un poso semejante al de las mejores narraciones de Jules Verne.
Nordesia
«Es una historia conocida: el barco más grande jamás construido, apodado “el Insumergible” por sus propietarios británicos y la prensa, choca con un iceberg. Debido a la falta de botes salvavidas, la mayor parte de los pasajeros perece en el Atlántico Norte. Una historia idéntica a la del Titán, salvo que este es un transatlántico de ficción y que su creador publicó el libro catorce años antes del hundimiento del RMS Titanic»
The Portland Press HeraldUna sorprendente novela de anticipación sobre el Titanic.
Nordesia
Sinopsis
El Titanic se hundió hace 100 años. Publicamos ahora uno de esos curiosos libros que han atraído a muchos lectores a lo largo del siglo xx, ya que fue escrito catorce años antes del famoso naufragio y cuenta una historia prácticamente idéntica: un transatlántico llamado Titán se hunde en las aguas del océano Atlántico al chocar con un iceberg.
El Titánic se parece de manera desconcertante al Titán que Robertson creó en la ficción: coinciden incluso en peso, longitud y capacidad de pasajeros. También en que el Titán era un buque con exceso de lujos que llevaba una cantidad insuficiente de botes salvavidas. Algunos creen que se trata de una mera casualidad y otros que el autor escribió un libro premonitorio de lo que sucedería años después, lo que dota al texto de un claro interés histórico.
Morgan Robertson fue un visionario, como Jules Verne, a quien sin duda nos recordará estilísticamente esta novela.