El autor de La Reina que no quiso reinar ha conseguido hacer, de una historia tétrica, de una biografía desgraciada donde las haya, de una traición paterno filial y de un sin fin de desafortunados sucesos por parte de Grandes y Notables de Castilla, una tierna novela, con un lenguaje al uso de la época, y que, con lectura amena y comprensible, se lee de forma entretenida la historia más triste de las reinas
de España.
El personaje pasa por un momento inicial de abatimiento, rencor, odio, pena, a ser una mujer centrada, totalmente resignada, aceptando las vejaciones y negándose a luchar contra ellas. Esta visión de una Juana más cuerda de lo que los cronistas de la época han escrito sobre ella, se percibe en las reflexiones que ella misma hace en la iglesia de Santa Olalla (Torquemada) contra el Dios que no la ayuda, contra su padre, Fernando el Católico, y su esposo, Felipe el Hermoso, y el propio Arzobispo de Toledo, dando un ritmo constante dentro de la novela, como un pulso que se mantiene entre temas más variados que el autor crea a lo largo de las páginas del libro.
- Cover
- Title page
- Copyright page
- La reina que no quiso reinar
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- 7
- 8
- 9
- 10
- 11
- 12
- 13
- 14
- 15
- 16
- 17
- 18
- 19
- 20
- 21
- 22
- 23
- 24
- 25
- 26
- 27
- Epílogo