«En ese momento, la luna iluminó el rostro del monstruo, y era el rostro equivocado.»
En la cumbre más alta de la montaña más grande de mundo se encontraba el reino de Ácatar, hogar de hermosas criaturas con alas negras como la noche y una belleza hipnotizante.
Cuenta la leyenda que, hace quinientos años, los acatianos usaron magia negra para provocar la ira de la montaña; lo que sumió al continente en una era de fuego que devastó ciudades enteras y acabó destruyendo hasta su propio reino. Entonces, las criaturas de Ácatar desaparecieron para siempre de la tierra de los vivos, dejando para atrás un castillo convertido en ruinas. Dicen que es allí donde duerme el último de los monstruos, protegido por su propia magia oscura, esperando el momento oportuno para despertar y lanzar su maldición sobre el mundo.
El amor y el deber se enfrentan en esta historia, donde nada es lo que parece y la verdad puede resultar más sombría que la propia leyenda que la rodea.