El lector conocerá una trama que no es nueva y sin embargo es más que suficiente para atraparlo en las vivencias de su protagonista: una mujer, entre nostálgica y despechada, trata de ajustar cuentas con un amor perdido. A partir de allí, con una maestría indudable, el autor construye una historia que va desde el realismo psicológico hasta la intriga policial, oscilando entre el recuerdo de un amor idealizado y la perversión propia de quien se instala en el dolor. Pero más que una historia, en esta novela hay una voz, un tono beligerante y a la vez desesperado construido a la perfección y que confirma a Carlos Ríos como uno de los exponentes de la literatura argentina más descollantes de los últimos años.