¿Sabemos realmente quiénes fueron los íberos? ¿Fueron guerreros indómitos, apacibles granjeros, comerciantes, bandidos…
Los íberos fueron todo eso y mucho más, fueron guerreros sí, de los más reputados de la antigüedad, tanto dentro de sus fronteras como en todas las guerras que se desarrollaron en el Mediterráneo de su época, donde fueron valorados mercenarios por su fiereza y fidelidad, pero también artistas, capaces de labrar con sus manos esculturas de la fuerza de las encontradas en Porcuna y facciones tan puras como las de la Dama de Elche, nuestra dama, la que dio a conocer al mundo la existencia de esta cultura, aguerrida, orgullosa, pero también sensible como pocas. Una cultura que, hundiendo sus raíces en lo más profundo de las tradiciones indígenas, supo absorber lo mejor de los visitantes llegados desde los confines de oriente buscando los metales que nacían en las entrañas de estas generosas tierras para convertirse en algo nuevo y diferente.
Escrita en un tono ameno y didáctico, esta monografía nos adentra en los más variados aspectos de la cultura ibérica, que se desarrolló entre los siglos vi a.C. y la llegada de los romanos en una amplia zona que abarcaba desde Andalucía al sur de Francia. Cómo era su sociedad, sus ciudades, su economía, cómo guerreaban y a quién rezaban. Nos presenta también su legado, en forma de delicadas manifestaciones artísticas y su enigmática escritura, todavía sin descifrar.