Durante 2011 el movimiento ambientalista contra el megaproyecto eléctrico Hidroaysén conquistó amplio apoyo social, logrando convocar a una histórica marcha en Santiago, con cincuenta mil personas manifestándose frente a La Moneda y reuniendo a otras miles en ciudades del norte y del sur del país. Aquellas inauditas jornadas de sensibilización ecológica hicieron visible un conflicto profundo que iba más allá de la emblemática defensa de la Patagonia y que ponía en cuestión algo más amplio que los temas energéticos y ambientales: es el modelo de desarrollo nacional, la relación del Estado con los ciudadanos, la estructura del poder, los mecanismos de participación y el tipo de democracia; todo ello es lo que ha comenzado a debatirse en el Chile del nuevo siglo, a manos principalmente de la base ciudadana.
La revolución de los territorios y de las energías se instala en dicho debate a partir de la convicción de que –como señala Antonio Horvath, su autor– este sistema «ya no se sustenta ni en lo económico, ni en lo ambiental, ni en lo social, ni en lo cultural». Los capítulos del libro van componiendo un mapa actualizado de los conflictos ambientales a lo largo del país, de los tropiezos y limitaciones de la legislación, de las diversas energías y tecnologías limpias que vuelven a Chile un territorio privilegiado y de la política espuria que –influida por los poderes económicos– lo mantiene como tierra de abusos y de sacrificio, y permite el deterioro irreversible de los recursos naturales, en la Patagonia, en el borde costero, en la montaña y sus glaciares, en las zonas mineras, a lo largo del país.