No habré vivido en vano

No habré vivido en vano es una novela que expresa la complejidad de Jaime Garzón. Sus ideas, su ironía, su legado, a través de sus heterónimos y de sí mismo. Lo más sorprendente del relato de Fernando González Santos es que logra un viaje ficticio y real entre el pasado y el presente, mostrándonos a un Garzón vivo en el imaginario colectivo de una nación. Sus personajes más preciados se ven enfrentados a un destino incierto, algunos retornan a la vida pública en diferentes circunstancias y sus voces pretenden ser silenciadas; otros, conservan parte de los roles que les conocimos en las series televisivas de los años noventa, sorteando múltiples vicisitudes. Nada ha cambiado, la crisis ha empeorado, parece ser el sino trágico de Colombia. A 20 años de su asesinato, Jaime Garzón, el talentoso periodista que utilizó el humor para hacer crítica política y que con su ingenio señaló un camino de paz y esperanza en una época doliente y sombría, reaparece en Sumapaz, el páramo más grande del mundo. Entre la vida y la muerte, el poder y la guerra, la risa y la imaginación, estamos en el límite del tiempo, donde todo puede suceder. Una novela arriesgada, asombrosa y necesaria. Una historia que, acorde con lo que fue y será Jaime Garzón, nos lleva a lo que dijera Jorge Luis Borges en una conferencia dictada el 7 de agosto de 1 967: ''...y llegaremos así a la terrible pregunta, a la pregunta que no es meramente literaria, pero que todos alguna vez hemos sentido o sentiremos. ¿El universo, nuestra vida, pertenece al género real o al género fantástico?''.