Antiguamente, el orden militar era tenido en tanta reverencia, que no era galardonado con el honor de caballería más que el más fuerte, el más animoso, el más prudente y el más experto en el ejercicio de las armas. La fortaleza corporal y el coraje se tienen que ejercitar con sabiduría, porque, así como algunas veces unos pocos han obtenido victoria sobre muchos a causa de la prudencia y las buenas artes de los batalladores, en otras ocasiones la sabiduría y la astucia de los caballeros han sido suficientes para vencer la fuerza de los enemigos. Y por esta razón los antiguos ordenaban justas y torneos y educaban a los infantes en el ejercicio militar, para que en las batallas fuesen fuertes y animosos y para que no sintiesen terror ante la visión de los enemigos. La dignidad militar tiene que ser premiada, porque sin ella los reinos y las ciudades no podrían permanecer en paz, según dice el glorioso san Lucas en su evangelio. Merecedor es, pues, el virtuoso y valiente caballero, de honor y de gloria, y su fama no tiene que ser olvidada con el paso de los días. Y como entre los otros insignes caballeros de gloriosa memoria sobresale el valentísimo Tirante el Blanco, del cual hace especial conmemoración el presente libro, es necesario hacer una singular y presente mención individual, a causa de su honor y de sus grandísimas virtudes y caballerías, que se recitan en las siguientes historias.
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- Índice
- Dedicatoria
- Prólogo
- Primera parte. Tirante en inglaterra
- Capítulo I. Las hazañas del valeroso Conde Guillen de Varoic
- Capítulo II. Tirante el Blanco y el ermitaño
- Capítulo III. Los festejos de bodas del Rey de Inglaterra
- Capítulo IV. Tirante el Blanco es armado caballero
- Capítulo V. Tirante el Blanco, el más valeroso caballero de los festejos de Inglaterra
- Capítulo VI. La Orden de la Jarretera
- Segunda parte. Tirante en rodas y sicilia
- Capítulo VII. El sitio de Rodas
- Capítulo VIII.Tirante el Blanco en Sicilia
- Capítulo IX. En la isla de Rodas
- Capítulo X. Tirante vuelve a Sicilia y acuerda el matrimonio de Felipe con Ricomana
- Capítulo XI. La Cruzada del Rey de Francia
- Tercera parte. Tirante en constantinopla
- Capítulo XII. Tirante llega a Constantinopla
- Capítulo XIII. Tirante, entre el amor y la guerra
- Capítulo XIV. Tirante en el campo de batalla
- Capítulo XXV. Los moros toman el campo cristiano
- Capítulo XVI. La corte se traslada al campo de batalla
- Capítulo XVII. Las batallas que Tirante hizo por mar
- Capítulo XVIII. El Sultán envía embajadores para pedir treguas y la mano de la princesa
- Capítulo XIX. El amor que Tirante siente por Carmesina
- Capítulo XX. Los esponsales de Diafebus y Estefanía
- Capítulo XXI. Los padecimientos amorosos de Tirante
- Capítulo XXII. La convalecencia de Tirante
- Capítulo XXIII. Los amores de la Emperatriz e Hipólito
- Capítulo XXIV. La Viuda reposada vuelve a intervenir en los amores de Tirante
- Capítulo XXV. Los moros toman el campo cristiano
- Cuarta parte. Tirante en el norte de áfrica
- Capítulo XXVI. El naufragio y el cautiverio de Tirante
- Capítulo XXVII. Las armas que Tirante hizo contra el Rey Escariano
- Capítulo XXVIII. Tirante bautiza a la Reina de Tremicén,al Rey Escariano y a muchos otros moros
- Capítulo XXIX. Tirante y el Rey Escariano combaten contra los infieles
- Capítulo XXX. Tirante encuentra y libera a Placerdemivida
- Capítulo XXXI. Tirante acaba la conquista de Berbería y se prepara para liberar el Imperio Griego
- Quinta parte. Tirante vuelve a constantinopla
- Capítulo XXXII. Tirante parte hacia Constantinopla
- Capítulo XXXIII. Por fin Tirante consigue lo que tanto deseaba
- Capítulo XXXIV. Tirante es nombrado César del Imperio Griego y parte para acabar la conquista
- Capítulo XXXV. La muerte de Tirante y de Carmesina
- Capítulo XXXVI. Las consecuencias de las súbitas muertes