La vida es un chiste brutal, mal narrado, que solo puede hacer reír a aquel que no esté implicado en él.
Un obrero no cualificado cumple veinticinco años de vida entre fábricas, el culto de sus padres y el ostracismo social. Con un plan que conlleva cambiar de trabajo, dejar la religión y la virginidad en la que lo ha sumido, el personaje disecciona diferentes puntos de la realidad en la que creemos, apostamos y hasta damos la vida. Como una ciudad Lego, la geopolítica del diario del lunes, el barro de la historia, la cultura occidentalizada, la ética para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, el humanismo onanista, entre otros inventos del hombre, se ven sustraídos, pieza por pieza, para lograr husmear entre coyuntura y su tuétano de la podrida estructura, para encontrarle algún sentido a esto que llamamos vida... si es que lo tiene.