La segunda parte de la saga Draconangelus os descubrirá que los auténticos guardianes de almas eternas no son solo ángeles o dragones.
Tras la batalla sufrida en Seattle, Angie regresa a su trabajo bajo la atenta mirada de Rashel, su ángel de la guarda.
La obligada separación de William hará que la relación entre la joven y Raffaele sea cada vez más sólida y confidente, lo que será aprovechado por el jefe de custodios para utilizarla en pro del alma de su hermano, Michael, tras su muerte.
Esa situación pondráa prueba la fortaleza física y psíquica de una simple humana. Pero el amor y la pasión entre William y Angie se verán reforzados a diario, a pesar de los obstáculos, ayudando a forjar una alianza inquebrantable entre ángeles y dragones y necesaria para el nacimiento de un ser insólito y sagrado.