El libro tiene forma de diálogo y por medio de esa metodología el lector verá que ha aprendido mucho del alma china y más todavía de su ser occidental. El pensar chino cuestiona las certezas filosóficas habituales, lo cual nos obliga a pensar de nuevo lo ya pensado y a pensar muchos aspectos impensados. En este encuentro aparece una verdadera transformación.