Te dirán que la totalidad de la raza humana cabría en la isla de Wight, que tiene 381 kilómetros cuadrados de superficie. Naturalmente, no se podrían mover, sólo estar firmes. ¿Cierto? Quizá en 1918. Ahora necesitaríamos la isla de Man, de 572 km2. Para 2010 algo más grande, algo como Zanzíbar, de 1658 km2.
En 2010 hay más de 7 mil millones de personas atestando el mundo. Un mundo de la Base Lunar Cero, de ordenadores inteligentes y de alucinógenos comercializados en masa. Un mundo en el que un hombre tranquilo puede ser convertido en una máquina humana programada para matar.
John Brunner sorprendió al mundo con este libro, una enriquecedora reflexión, revestida de amena prosa, acerca del futuro próximo de la humanidad. En esta sorprendente panorámica de 2010, incluso en los puntos donde no acertó el futuro que estamos a punto de vivir, supo indicar adónde nos dirigíamos.