Cuando a Sunny Pascal le encargan que haga de niñera de un grupo de estrellas de Hollywood durante el rodaje de La noche de la iguana, parece que se trata de un trabajo fácil: una playa paradisíaca en México, muchos bares en el camino y olas para practicar surf. Claro que la cosa se complica si las estrellas en cuestión son Ava Gardner y sus piernas eternas, Sue Lyon con su inocencia fingida, y Richard Burton, borracho y violento, y que además llega a Puerto Vallarta acompañado de Elizabeth Taylor. Muchos ingrendientes para que el cocktail no resulte explosivo. Las cosas no se quedan, por desgracia, en una titánica lucha de egos sino que para aderezar al director de la película, John Huston, no se le ocurre otra cosa que regalarles a los actores una pistola de oro con cinco balas de plata a cada uno, para que se maten entre ellos, si quieren. Como tenía que suceder, alguien muere.