Casi todo el mundo identifica a G. K. Chesterton con el autor de los relatos detectivescos que protagoniza el Padre Brown, aunque otras obras suyas, como la conocida novela El hombre que fue Jueves, han sido leídas por millones de personas. Pero la curiosa personalidad del Padre Brown, un sagaz sacerdote capaz de resolver los crímenes más enigmáticos gracias a su conocimiento de la naturaleza humana, ha eclipsado al resto de sus personajes, al menos desde el punto de vista mediático.
Sin embargo el cura católico no fue el único detective que creó Chesterton, y otros, como los hermanos Rupert y Basil Grant, Gabriel Gale o Horne Fisher, protagonizaron bastantes relatos del autor británico.
Aquí se reúnen relatos que conciernen a trece distintos detectives, además de un relato perdido del Padre Brown que fue redescubierto en 1981. Junto a los ya citados, aparecen Mr. Traill, Mr. Pond, el Dr. Adrian Hyde, John Brandon, Walter Weir, Mr. Brain, Cuthbert Grayne, Bertrand y Max Pemberton. Trece detectives constituye pues un excelente muestrario de la idea que Chesterton tenía de la labor detectivesca, que él articulaba literariamente con el uso de la parábola, la paradoja y la reducción al absurdo.