Las voces del Estrecho son las voces de quienes habitan el mar, que se convirtió en su tumba porque no lograron cruzarlo en su huida. Son voces que hablan de sueños rotos, de anhelos de libertad frustrados, de la miseria y el oscurantismo en que vivían, de la violencia que soportaban, todo lo cual les llevó a abandonar su tierra, a romper con sus raíces, en el intento de buscar una vida mejor.
Publicado por primera vez en el año 2000, este texto, tan poético como riguroso y fundamentado, continúa siendo una llamada de atención a una sociedad apática que ha visto, cómo en estos 16 años transcurrido el Estrecho ha pasado de designar un lugar a convertirse en metáfora de todos aquellos que, desesperadamente, se internan en el Mediterráneo para escapar del negro destino que los amenaza desde su nacimiento.