Las reglas del juego
Susana Lobato tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir todo lo que quiere. Pero una noche Tim anula la boda y la abandona para perseguir un sueño que no la incluye a ella. Kev MacMurray siente que ha llegado el momento de dar un cambio a su vida. Lo único que lo retiene es la boda de Tim, su mejor amigo. Una noche Kev coincide con Susana y respira por primera vez en mucho tiempo. ¿Por qué no le había sucedido antes? ¿Desde cuándo siente que si no besa a la prometida de su mejor amigo no podrá seguir respirando? ¿Puede correr el riesgo de averiguar qué pasará si se entrega a Kev?
Cuando no se olvida
Descubrir el amor y la pasión te cambia la vida; perderlos puede arrebatártela.
Tim y Amanda no tendrían que haberse conocido, sus vidas no deberían haber coincidido esa noche en una lujosa fiesta de Boston, pero coincidieron. Y les bastó con verse en los ojos del otro para saber que, cuando dos personas se pertenecen tan profundamente, quizá el tiempo y los errores no importen tanto. Quizá lo único que importa de verdad es el amor.
Fue demasiado pronto y demasiado intenso.
Donde empieza todo
Harrison MacMurray, agente del departamento de Inteligencia, debe investigar unos asesinatos y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, Benedict Holmes.
Victoria se casó con Benedict porque compartían el mismo sueño, pero Ben ahora es distinto y ella ya no se siente feliz con su vida. Una mañana conoce a Harry, el analista informático que han contratado para la campaña de reelección de su marido.
Harry tiene que averiguar cuanto antes si Benedict Holmes es un traidor, no pensar en Victoria, en lo increíbles que son sus ojos, en lo excitantes que resultan todos y cada uno de los segundos que pasa con ella. Debe ir con cuidado, un mero error podría ser mortal para los dos.
Fuera de juego
Con apenas dieciocho años, Pam sobrevivió a un infierno y empezó de cero lejos de casa. Entonces se prometió que sería fuerte y que no necesita a nadie. En su trabajo como fotógrafa tiene que rodar un maldito documental en Cerdeña con el National Geographic. Pam se lo toma con resignación, como unas vacaciones forzosas, hasta que se tropieza con Ben y siente que nada de lo que ha sentido hasta ahora la ha preparado para un hombre como él.
Ben estudió la carrera perfecta, se enamoró y se casó con la mujer perfecta y tenía el trabajo perfecto. Hasta que estuvo a punto de ser acusado de traición. Ahora Ben acaba de divorciarse y ha dimitido. No tiene nada ni a nadie, y necesita desaparecer para poder pensar. En un impulso, compra un billete para Cerdeña. Una vez allí, Ben se da cuenta de que lleva años viviendo sin respirar, sin sentir, sin emocionarse y decide hacer todo lo que sea necesario para remediarlo. Pero en sus planes no entra sentirse atraído por una mujer completamente opuesta a él.