«A veces, encontramos nuestro destino volviendo a ese lugar y esa época donde fuimos felices».
Cada vez que Alicia entra por la puerta de una empresa es para quedársela. Por eso, cuando su jefe le propone el contrato de Anavar, la empresa con más potencial del sector naviero, ella acepta, aunque la idea de trasladarse a Barcelona le desagrada.
Pese a todo, Anavar se lo está poniendo muy difícil o, mejor dicho, Diego, el hijo del presidente. Él es quien está complicando todo con sus ganas de discutir, sus dudas y, lo más inexplicable, cuestionándose quién es en realidad Alicia, la mujer a la que el tiempo se le escapa.
Sin embargo, ninguno esperaba que, gracias a esas discusiones, descubrieran su verdadero yo y que, a pesar de jugar todas las cartas posibles para ganar, surgiera un sentimiento que va más allá del amor.
¿Conseguirán robarles segundos al tiempo?