Jasón y la expedición de la Argo, Perseo y Medusa, la lucha de Heracles y Gerión y otras atractivas leyendas son objeto de análisis en un intento de atisbar algún reflejo de posibles navegaciones micénicas a la península Ibérica en la tradición mítica griega. En un tiempo posterior, los fenicios aportarían a Occidente elementos civilizadores tan trascendentes como la escritura o el concepto de ciudad. Este libro aporta nuevos documentos sobre los motivos que impulsaron los primeros movimientos de estos excelentes navegantes: el beneficio de plata ante todo, aunque también de cobre, oro, estaño, marfil y púrpura. Unido a ello, plantea la cuestión de Tarsis, la única referencia bíblica al lejano Occidente. Por último, interpreta con racionalidad las fuentes escritas sobre la ciudad-emporio de Tarteso y los documentos materiales que determinan su ubicación e identificación con Tarsis.