Los métodos de resolución de conflictos políticos, sociales o militares no han evolucionado, continúan basándose en la limitación de la libertad, la violación de los derechos humanos y la destrucción moral, física y la pérdida de vidas humanas. Y, sin embargo, se dispone de los conocimientos suficientes, científicos y tecnológicos, como para superar los nefastos resultados que los conflictos generan. Desde la conflictología es posible.
El principal obstáculo es el necesario cambio de paradigma y de tecnología en la solución de los conflictos, algo muy difícil. Tal vez, en una situación como la actual, con niveles crecientes de inestabilidad económica y agitación social y política, se pueda intuir un interés creciente por incorporar soluciones y alternativas a los problemas existentes. Hasta el presente, los esfuerzos se encaminan más a mantener el status quo y los privilegios acumulados en la historia reciente que por gobernar, es decir, por resolver problemas y garantizar la libertad y la democracia desde la justicia y la seguridad generalizadas.