Entregarse a la lectura de los poemas contenidos en esta antología del escritor e investigador brasileño Fernando Paixão — seleccionada y ordenada por el propio autor— implica una serie de ejercicios mentales y del corazón, entendiéndose éste más que órgano doliente, como receptor de emociones
profundas: el propósito deviene en camino de exploración de muchas vías; una de ellas inicia en la simpleza del percibir lo que nos rodea, sin cortapisas mentales, y luego, quizás movido por la magnitud de los sentimientos convocados, procura definir el misterio que subyace en esas imágenes, que nos
son reveladas desde un plano que oculta y a la vez revela a su enigmático artífice.
Para emprender este camino de búsqueda con propiedad, debe uno disponer del don de la templanza, para sumergirse en aguas profundas y en cuyo fondo oscuro y por momentos resbaladizos habitan brillantes organismos que se van juntando y a la par construyendo el alfabeto visual de esta travesía
por una lírica que tiene el poder de remover impedimentos en el camino para avanzar sin prisa, pero sin pausa, por esos territorios variopintos que el autor propone como bitácora de un trayecto que va muchísimo más allá de los pensamientos en su génesis.