Forma parte de ediciones colectivas de obras espirituales, junto con otras de San Agustín, San Bernardo, San Anselmo, etc. Es un breve tratado ascético, sacado, según se dice en el prólogo, de la doctrina de los Santos Padres. No aspira a ser obra doctrinal, sino simplemente de edificación. En gracia a la brevedad no hace citas de autoridades de la Sagrada Escritura ni de autores eclesiásticos. Está dividido en varios capítulos, cuyos temas son: la pobreza, el silencio, la obediencia y la pureza.
- Prólogo
- De la pobreza
- Del silencio
- De la pureza de corazón y mortificación de pasiones y sentidos
- Mortificación de la propia voluntad
- Mortificación del amor propio
- El alma, purificada, se une a Dios por la contemplación
- Síntesis
- Del director espiritual
- De la obediencia en la observancia regular
- Modo de regular el cuerpo en la comida y bebida
- De la bebida
- De la compostura interior y exterior en la mesa
- Modo de perseverar en la sobriedad y en la abstinencia
- Orden del sueño y en las vigilias, en el estudio y la oración
- Del estudio
- La celda, los Maitines y demás Horas
- Del modo de predicar
- Algunos remedios contra las tentaciones que provienen por sugerencia del diablo63
- Algunos remedios contra quienes siembran dichas tentaciones con su doctrina
- Razones por las que se mueve el corazón a mayor perfección65
- Eficacia de estas razones
- Consejos para evadir los lazos del diablo
- Siete afectos para con Dios, para uno mismo y para con el prójimo
- Quince perfecciones necesarias para el que sirve a Dios en la vida espiritual
- Cinco ternarios en los que tiene que ejercitarse
- APENDICE76
- NOTAS