El jugador, publicado en 1867, refleja con intensidad los conflictos psicológicos y las complejidades morales de sus personajes, un sello distintivo de su estilo literario. Este libro, escrito en un período de apuros económicos para el autor, combina elementos autobiográficos con una exploración profunda de la adicción, las pasiones humanas y el poder del azar sobre el destino.