Analizamos Mujeres soñaron caballos de Daniel Veronese (2000), obra en la que no estamos ante una respuesta violenta a la norma sino una salida hacia los márgenes. La no enunciación es una reformulación consciente y metódica que rechaza todo lo impuesto, sin ignorar el peso de la tradición que precede la obra y en la cual se halla inmersa. El silencio y el vacío funcionan, tanto en el texto como así también en la puesta en escena, como líneas de fuga, como elección racional y estratégica que permite sabotear el orden establecido por el logos.
 
                                                    
                                                        - Cover
 - Title page
 - Copyright page
 - Índice
 - Introducción
 - Un interrogante
 - El silencio y la fuga
 - Capítulo 2. Daniel Veronese y el teatro de los '90
- El nuevo teatro argentino o teatro de los '90
 - El periférico de Objetos
 - La deriva
 
 - Capítulo 3. Mujeres soñaron caballos
- La obra
 - "Falsos diálogos": La no-comunicación
 - Tiempo
 - Caballos
 - El pony: pequeño caballo domesticado
 - Lucera, la infante
 - Roger y Ulrika, rainer, Iván y Bettina
 - Gestualidad y movimientos
 - Objetos
 - Cosificar el sujeto
 
 - Capítulo 4. La puesta en escena
- La puesta en escena
 - En la frontera: entre adentro y afuera
 - El exceso (fuera de escena), y la falla (en escena)
 - El ring y las escaleras: la violencia y la fuga
 - Composición de la escena y otros elementos de la puesta
 
 - Capítulo 5. La Poética de Daniel Veronese
- Daniel Veronese, el naturalismo: lo singular que acontece
 - La indeterminación o lo siniestro
 - La manipulación
 
 - Conclusiones
 - Bibliografía