Datada hacia el 423 a.C. “Las Suplicantes” es una de las más afamadas tragedias de Eurípides. La obra se abre con las madres de los argivos caídos en el ataque a las siete puertas de Tebas, refugiadas frente a un altar. Toda la pieza se mueve en un clima de comprensión de los pesares que envuelven al ser humano y de exaltación de una Atenas impregnada de benevolencia y racionalismo ilustrado. En la famosa disputa dialéctica entre el heraldo tebano y Teseo, encontramos una verdadera disertación filosófica sobre las excelencias del régimen democrático y su superioridad sobre el despotismo a ultranza: una loa al sistema encarnado por Pericles y el resto de los hombres de su tiempo.