Los reyes de la España contemporánea han poseído cuantiosos bienes, sus cosas. Por un lado, extensas y lucrativas propiedades que han reunido por linaje, y considerables riquezas, propias unas y otras reconocidas por el Estado; por otro, sus liberalidades y extravagancias, esas licencias que los soberanos se daban –se dan– para aliviar el oneroso esfuerzo de regir los destinos de la Nación. Pero ¿qué pertenece al rey? ¿Y al linaje? ¿Qué pertenece a la Casa Real? Y, sobre todo, ¿qué pertenece a la Nación?
Este libro pretende ser el relato histórico de las singulares y tortuosas relaciones que, a lo largo del siglo XIX, se establecieron entre la monarquía y los principios liberales que fueron conformando la Nación española. Mientras aquella se empeñó en el carácter privado de muchos bienes y derechos del viejo Real Patrimonio, la Nación y sus representantes, en nombre del nuevo principio de soberanía, los reivindicaban como propios. Lo que estaba en juego, lejos de ser un asunto meramente privado, era la propia imagen de la monarquía y su papel en el nuevo entramado constitucional que se había abierto paso con la revolución liberal. Las cosas del rey no se concibe, pues, como una historia del Real Patrimonio al uso, sino como la historia de una larga desavenencia política, de efectos y resonancias muy actuales.