Raymond Queneau (Le Havre, 1903-Paris, 1976) participó activamente en el surrealismo aunque asimilara añandiéndole un tono algo festivo y popular. Toda su obra, tanto la narrativa como la poética, está elaborada con un humor agudo, cortante, pero también compasivo y humano, y con un lenguaje siempre cuastionado, perseguido en sus costumbres y tendencias con una magia peculiar. el lenguaje es una fuente de placer para Queneau, quién, sin dejarse arrastra, controlándolo, no se cansa de mostrar hallazgos con él o de tomarlo a burla. Su obra es un luminoso laboratorio lingüístico y cultural, abierto siempre a las eventualidades de la razón y de la imaginación.
Edición bilingüe.