Nick Bluestone había hecho un juramento: se casaría con la viuda de su hermano gemelo, y criaría a su pequeña siguiendo la tradición comanche. La deseable Elaina sería su esposa, pero Nick nunca podría olvidar que aquella decisión la había tomado su hermano, no ella. Elaina había decidido casarse, pero intentaba convencerse de que la atracción que sentían no le había influido. Lo que sentía por Nick era mucho más intenso y peligroso que la simple atracción. Una vez, le había entregado su corazón a un Bluestone. ¿Se atrevería ahora a rendirle su alma a otro comanche?