Como por la gravedad se atraen los cuerpos, por el amor se atraen las mentes deseándose el bien.
«Cuando deseo memoria
para evocar vuestras caras
y la suerte se convierte
en abismo mudo y ciego
o carne sin sentimiento,
cuando
siempre, siempre es nada
y en el cementerio juegan
la vida contra la muerte.
Y cuando el último tren
llega
desocupado,
siento que la consciencia
es retorno interior
del universo en mí».