Una visión fresca, original e innovadora del clásico género de espada y brujería.
En una época antediluviana, cuando los continentes aún no se habían separado y todavía formaban una gran masa de tierra llamada Pangea, esta se hallaba habitada por un buen número de criaturas, aunque muy diferentes entre sí: unas eran seres grotescos y monstruosos; las otras eran razas inteligentes, diseminadas en un puñado de reinos colindantes.
Una de estas razas era muy similar a la del ser humano actual, y había alcanzado un nivel de desarrollo semejante al de nuestra Baja Edad Media. En una aldea remota de este reino viene al mundo un niño con una extraña marca de nacimiento en mitad del pecho; es la señal del Elegido, también conocido como Hijo del Dragón: un personaje que -según las antiguas profecías- deberá enfrentarse un día a las Fuerzas de la Oscuridad que asolarán Vulcania, el reino al que pertenece Madox, nuestro protagonista.
Sin embargo, el muchacho crece en la ignorancia absoluta del papel que el destino parece tenerle reservado. Hasta una noche en la que sucede algo inesperado que lo conmina a dirigirse por vez primera a la capital, donde -con más pena que gloria- descubrirá el «sendero» que el azar parece haber trazado para él.
En su aventura no estará solo, pues poco a poco irán sumándose una serie de variopintos personajes totalmente trascendentales para su sorprendente viaje -tanto físico como interior-, en pos de un amuleto perdido de cuya recuperación depende la salvación o el hundimiento definitivo del reino de Vulcania: ¡la mítica espada de los druidas!