Esta cascada de historias se concentra en la indagación del mundo, desde la fantasía y la imaginación más desaforadas asistimos a una reivindicación de la realidad, a su crisis de violencia, a la imperturbabilidad en la que nos gozamos irresponsablemente: un diablo aparece muerto en el jardín de una casa; un conejo que, en el cierre del número de magia, rabioso y veloz, devora a los niños de un solo bocado; un payaso alcohólico y sin chiste que debe morir; un mimo que en verdad es mudo. Historias que, con un desparpajo verdaderamente ejemplar, irrumpen en nuestra limitada visión de mundo y la iluminan, la perturban, la obligan a reconstruirse.