Esta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
Y no es una historia de chico conoce chica, porque Sergio y Sofía ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez años sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a él se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres... Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
Fin de semana del 25 de julio de 2010. Año Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar día y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse...
Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policías mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padrón, tarta de Santiago
Y Sergio y Sofía que ya no pueden resistirse más a su destino.
Teresa Cameselle me ha devuelto la ilusión por el género, algo que ya empezaba a creer imposible.
Divagando entre líneas.
Lo que me ha fascinado todavía más es la prosa de Teresa Cameselle, autora que seguiré tan de cerca a partir de ahora como a mi propia sombra.
Perdidas entre páginas.
Yo no se qué tiene esta autora que me engancha desde la primera página.
El rincón romántico.
- Las botas de ante no se llevan bien con el café
- Sofía y el perro del hortelano
- La mafia, un gato y una camiseta XL
- La resaca, los vecinos ruidosos y un café con churros
- Un azucarillo muy caro y un compromiso inesperado
- De los beneficiosos efectos de un mojito en buena compañía
- No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo...
- Los vecinos nunca son simpáticos, y la Policía menos
- De como saciar el apetito sin tomar bocado
- A los chorizos les gusta el chorizo
- Las comparaciones son tan odiosas como necesarias
- Una tortilla con muchos huevos
- La autopista al infierno tiene muchos carriles
- De compromisos, pendientes perdidos y mitos de carne y hueso
- Sorpresas y promesas
- Y de propina, un epílogo