O. Henry supo captar el espíritu de la época en la que vivió. Estos cuentos son una radiografía de la formación de Nueva York, que en 1900 ya contaba con cuatro millones de habitantes, cada uno de los cuales constituía para él «una historia digna de ser contada.Cada relato es una pequeña obra maestra con sorprendente final.
- Portada
- Biografía
- Créditos
- Una historia sin final
- Contraportada