La obra de Julio Llamazares es la memoria más viva, e imperecedera, que se tiene de la España de la transición y su momento actual. El viaje de las memorias en Llamazares pluraliza a propósito la recepción de un autor único, que si comenzó con parodias genialmente novelizadas, sigue atizando las maneras de recordar con libros de viaje; novelas, prensa, narraciones fílmicas; híbridos en que riñen, felizmente, la no ficción y la narrativa; poesía y guiones. Todo ese gran relato también revela una necesidad de historizar la famosa “España profunda”, que sigue viva desde la relativamente sosegada evolución a una democracia conflictiva y la movida hacia una posmodernidad imperfecta de este siglo. En siete capítulos que desmenuzan las relaciones entre tiempo y memoria y la técnica narrativa para cada obra del autor, El viaje de las memorias en Llamazares revisa exhaustivamente la crítica académica y periodística en torno a Llamazares, para ponerla en perspectiva y armar una interpretación novedosa. Sin ignorar los signos políticos, este estudio arguye que el agotamiento de la memoria como metodología exclusiva requiere revisiones que tomen en cuenta la importancia del papel de las entrevistas con el autor y sus notas de prensa ya recogidas en este libro.
Desde El entierro de Genarín (1981), pasando por la fundacional Luna de lobos (1985), tan apreciada por Muñoz Molina, hasta Atlas de la España imaginaria (2015) y El viaje de Don Quijote (2016), El viaje de las memorias en Llamazares es también un recorrido crítico por la narrativa española de los últimos treinta años, con atención a temas más y más globales, y sobre todo una reivindicación de las contribuciones de Llamazares a la esfera intelectual en lengua española.