El regreso de don Quijote (1926) es la última novela de Chesterton y uno de los más hermosos homenajes que jamás se hayan rendido al Quijote y a Cervantes. En esta peculiar obra Chesterton da rienda suelta a su fabulosa imaginación, aunque sin despegar los pies del suelo, y crea un puñado de personajes únicos, signados todos por el sello del quijotismo: el bibliotecario loco que se cree Ricardo Corazón de León; un noble calavera que encarna como ninguno el quijotismo, en tanto que es desfacedor de entuertos y héroe auténtico de esta novela; un sindicalista de la minería al que Chesterton glorifica en su lucha contra la aristocracia, que no sale muy bien parada en esta lúcida y disparatada fábula; dos hermosas mujeres que a su vez dan divertida réplica a la Dulcinea cervantina; y un sinfín de personajes que permiten al creador del Padre Brown alimentar su vena satírica y caricaturizar personajes relevantes de su tiempo.