Las primeras ediciones de sus libros, sin ilustraciones y llenas de notas al pie, no tuvieron buena acogida; pero luego, cuando añadieron grabados y pulieron el lenguaje, consiguieron que sus relatos de hadas, brujas, duendes y demás criaturas fantásticas, despertaran el interés de los lectores. Gracias a estos dos talentosos artistas que popularizaron los cuentos tradicionales y les dieron forma literaria, hoy son mundialmente conocidas las historias de “Pulgarcito”, “La bella durmiente”, “Hansel y Gretel”, “Blancanieves”, “El sastrecillo valiente”, “Los músicos de Bremen”, “El doctor Sabelotodo”, entre otros muchos relatos sin los cuales a nuestras infancias les faltaría magia y misterio.