Admirado por la riqueza expresiva y el estilo depurado de Joseph Rudyard Kipling (Bombay, 1865-Londres, 1936), el escritor argentino Jorge Luis Borges escribió que era “después de Shakespeare, el único autor inglés que escribía con todo el diccionario”. Los lectores que se acerquen por vez primera a El libro de la selva, de Rudyard Kipling se sorprenderán de las diferencias que existen entre la obra original y sus muchas versiones cinematográficas y adaptaciones literarias para niños. El libro de la selva (en inglés: The Jungle Book), también llamado El libro de las tierras
vírgenes o El libro de la jungla, fue publicado en 1894 y reunió varios cuentos escritos con anterioridad por su autor y divulgados de forma independiente, en revistas, entre los años 1893-1894. Aunque Kipling se educó según los patrones occidentales ingleses, fuera de su tierra natal, y alejado de la jungla, este libro y su continuación toman como base los relatos, mitos y leyendas de la India, que el autor escuchó o investigó y que alimentaron su amor por la vida salvaje y la naturaleza. Las historias de El libro de la selva recuerdan las fábulas, porque plantean lecciones morales y presentan personajes típicos, cuyas actitudes pueden extrapolarse a las
conductas humanas. Pero, este célebre libro es mucho más que la ficción idílica del niño que fue criado en medio de una manada de lobos y protegido por un oso y una pantera; pretende reflexionar sobre la dificultad de sobrevivir a los peligros cotidianos y retrata la complejidad de la vida, para la que es entrenado Mowgli por Baloo, maestro sabio y riguroso que poco tiene que ver con el oso bonachón y vitalista de la versión de Disney. Sucede que las adaptaciones contemporáneas de este clásico suelen modificar el argumento de la fábula de Mowgli tal y como fue escrita por su autor; además, pasan por alto que el libro contiene más relatos sobre el mundo animal, algunos desconocidos por el público. En mitad del volumen, concluye la historia de Mowgli y en adelante aparecen narraciones diferentes, con distintos personajes y otros protagonistas, como el pequeño y valiente Toomai, el de los elefantes; o Rikki-tikki-tavi, la heroica mangosta.