El Premio Nobel de Literatura Anatole France recurre a la historia del obsesivo Pafnucio y la alegre y bella Thaïs para reflexionar sobre la religión y la condición humana. La novela, que había de consagrarle definitivamente como uno de los mayores prosistas de finales del siglo XIX [Thaïs (1890)], es una bellísima narración de tintes románticos que, sujeta siempre a los postulados estéticos del Anatole France, obsesionado con la cultura clásica, buscaba en el ambiente decadente y cosmopolita de la antigua Alejandría algunas claves universalmente válidas para explicar la condición humana. En el relato, la cortesana Thaïs inspira erotismo y lujuria desenfrenada en la población, pero el asceta Pafnucio decide dejar el desierto en donde vivía su vida de anacoreta, a efectos de redimir a esa mujer y transformarla en una súbdita dedicada totalmente a la adoración de Dios. En su desarrollo la novela presenta la evolución de los personajes y reflexiona sobre la vida, el placer, la muerte, la trascendencia y la religiosidad. La transformación de los personajes hace de esta obra una metáfora acerca de lo real y de lo imaginario, del mundo de lo aparente, de lo superficial; y un mundo profundo, ligado a las mayores verdades.