Alberto Bejarano rompe con la estructura convencional de un libro de poemas. Estas páginas son movimiento, música, presencias que van y vienen, que no sienten la necesidad de explicarse, que habitan sus nombres decididamente, voces que conversan, aúllan y reclaman, voces que envuelven y son ellas mismas un beso al corazón de la realidad.
La bailarina sonámbula es también un homenaje. Leyendo con atención, permitiéndonos entrar en sus ritmos cambiantes, en sus blancos silencios, en su aparente caos, en sus lentos alcoholes, en sus brevedades y en sus fugas, uno puede advertir que Alberto Bejarano es un poeta comprometido con su poesía, pero, sobre todo, comprometido con su experiencia vital y poética. Acá o allá se encienden distintas miradas, entran en escena la palabra contenida y sugerente de un poeta como José Manuel Arango, o la invitación al libro único de Mallarmé; también sobrevuelan estas páginas las voces soleadas de Brasil, la guitarra ebria del blues, el retorno a secretos rituales, el baile alrededor de lo que su propia escritura es, alrededor de lo que no es.
- Presentación
- Prólogo
- Aviso
- Parte I
- Noches y nieblas
- Tal vez la escritura
- Otro nombre nuevo
- Sonámbula la bailarina
- Como un bolero trastabillante
- Velos
- Poema para Hilda Hilst
- Con Anaïs Nin
- En Ana Cristina Cesar
- Las mujeres que dicen cantar
- Para el cuerpo del bailarín...
- Aureliano conversaba con Melquiades
- I’m not a Rolling Stone anymore
- Alumbra-miento II
- Intermezzo
- Parte II
- ¿Qué es la poesía?
- ¿Cómo ocurrió…?
- Ha muerto Parra, Nicanor.
- Imagino un poema hecho solo de postales o de posdatas:
- Silencios reacios. Fiebre. Amarillos seres invaden la habitación llena de hormigas
- Están las páginas sin llenar,
- “Es un libro.
- Al escribir, entre papeles gastados,
- Un poco de danza,
- Una puerta que no es de cristal
- Pasajero de un tren que no para esta noche en la estación.
- El poeta no mide el tiempo
- ¡Y un par de hojas sueltas
- Detrás de mis pasos se esconde una voz,
- Si olvidara los poemas que no he escrito
- El presente todavía...
- Postal de un autorretrato ajeno...
- Cuando la escritura no da espera es mejor cerrar los ojos y olvidarse del yo
- Las palabras abandonan el Fuerte,
- Soñé que era (estaba en) un saco de arroz
- Cuando no se es decorador de interiores,
- Vi(vi)endo el umbral de la ciudad,
- Navegando una madrugada entre fichas de rompecabezas
- Alguien mira al infinito.
- Meses después de haber navegado de norte a sur,
- Intruso
- Y no hay respuesta al otro lado de las líneas de cal...
- No a-trae
- Escribir con los ojos cerrados.
- Un notario duerme.
- La soledad de la escritura,
- El viento no trae siempre lo que se espera de él,
- Como si soñara entre haikus ajenos,
- Anoche soñé con una coreografía sonora.
- Más acá de cualquier literatura está la poesía.
- Los poemas (se) suceden
- Nadie puede sondear que el abismo
- La lluvia, la lluvia me dijo al oído un “nuevo” poeta,
- Extinguida la saudade, marina o no,
- Tentación de haikus tropicales
- El silencio retoma sus aposentos,
- Se hizo esperar.
- No me resigno a desandar el tiempo.
- Repicar: Acción de dejar un teléfono sonar...
- Quizá todo sea cuestión de estar dentro o fuera del reloj de arena
- Epílogo
- Sobre el autor