Es el primero de cuatro libros de la colección denominada Bogotá: transformaciones urbanas y movilidad, la cual, a partir del estudio de esta ciudad en el período comprendido entre 1884–2004, analiza el papel de la movilidad en el crecimiento urbano de Bogotá. Se muestra, por medio de varios soportes –históricos, estadísticos, gráficos y visuales-, cómo la movilidad y el transporte urbano han jugado, según las épocas, papeles diferentes en la producción del espacio y en el proceso de urbanización. Sobre todo, se examinan factores sociales, económicos o políticos que explican por qué los tipos de transporte (tranvía, buses, busetas, automóviles, transmilenio, etc.) han desempeñado papeles tan diferentes en el proceso de urbanización. La reflexión central planteada surge del hecho de que las grandes mutaciones urbanas han estado acompañadas de transformaciones en los tipos de movilidad, en la medida en que las infraestructuras de transporte urbano han sido, tradicionalmente, la base del funcionamiento de la ciudad; por tanto, la conformación socioeconómica y espacial de ésta ha dependido, en cierta medida, de los modos de movilidad urbana mayoritariamente utilizados. En este primer libro se analizan los procesos de conformación de la ciudad relacionados con la instalación del tranvía, con base en la exploración del contexto socioeconómico y espacial, las formas de producción del espacio y los modos de transporte. Todos estos aspectos contribuyeron a la transformación del asentamiento colonial, compacto y peatonal, en una ciudad lineal orientada por el tranvía.