Este libro busca quitarnos la venda de los ojos y revelar pequeños fragmentos de la historia ancestral del municipio, que ha permanecido oculta y en el olvido; y así poder encontrar los orígenes de Orito. Basado en investigaciones de documentos antiguos, dejados por personajes reales que recorrieron el pasado y fueron parte de la historia, como frailes capuchinos, antropólogos y letrados historiadores. También escudriñando la memoria de algunos descendientes de Patricio Yocuro, último cacique del clan Siona, denominado los Oritos que vivieron en este territorio hasta finales de 1936. Igualmente se entrevistó a personas, que llegaron a colonizar la selva oritense hace 70 años y alcanzaron a conocer a un grupo reducido de nativos de dicha etnia, que aún quedaba y se había asentado en un lugar conocido como Loma Grande, provenientes del caserío llamado Orito Pungo; ubicado desde 1918 en la ribera del otrora río (Luzón yaku), hoy conocido como río Orito. Según datos oficiales del Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la existencia del pueblo Siona en el Putumayo se documenta a partir del siglo XVI; que vivió una serie de procesos históricos y violentos, que comprenden desde el auge de las caucherías, el tráfico de esclavos, la evangelización, la llegada de la petrolera y finalmente la invasión de su espacio territorial por parte de la colonización. Narraremos tenues memorias que conectan con el Orito ancestral, llenas de magia y sabiduría; envuelta de misticismos, e invadidas por la ambición, e injusticias; que propinaron los traficantes de esclavos, los caucheros y la cristianización a éstos indígenas sionas, quienes dominaron a lo largo y ancho del territorio oritense hasta 1956; y a partir de esa fecha, fueron desapareciendo lentamente de la historia y más aún, cuando en 1963 se instaló la Texas Petroleum Company; y comenzaban a llegar más y más los colonos, junto con la mal llamada civilización.