«Finalidad: la verdad de lo real, tal como es»: el ideario de Clarín como crítico literario hubo de traspasarse a la novela cuando decidió dar su primer paso en este género. El resultado fue la gran novela de referencia –junto con Fortunata y Jacinta de Galdós– del siglo XIX español, que se nutre de la agudeza y de la pasión polémica de su autor como atento observador de la realidad de la España de la Restauración. Aunque mil veces comparada con La señora Bovary y famosa como «novela de adulterio», La Regenta (1884-1885) –que aquí recuperamos en edición presentada y anotada por Ignacio Echevarría– es una obra totalizadora, enciclopédica, compendio crítico de la cultura de su tiempo. Por encima de su formidable galería de personajes, su auténtica protagonista es la ciudad de Vetusta, trasunto inequívoco de Oviedo, explorada al detalle en todos sus estamentos, su gobierno, su economía, su paisaje y su moralidad. Las luchas por el poder, donde el clero tiene un papel determinante, se desarrollan en un clima de hipocresía y falsa virtud, donde todo el mundo es observado, incluso, se diría, sin necesidad de que haya alguien presente. Su heroína, Ana Ozores, juzgada y mangoneada desde la infancia, centro nervioso del erotismo omnipresente en la comunidad, llegará a ser vista como una «santurrona en pecado mortal» porque prefiere luchar contra la tentación –y si acaso sucumbir a ella– antes que «la batalla de todos los días con el hastío, el ridículo, la prosa».
- Portada
- Nota introductoria, por Ignacio Echevarría
- I
- II
- III
- IV
- V
- VI
- VII
- VIII
- IX
- X
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- XII
- XIII
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