Primero, hay que saber sufrir, después, amar, después, partir y, al fin, andar sin pensamiento.
Una joven vuelve a su pueblo natal después de sus estudios en París. Empieza a trabajar para una mujer dentista, una rusa de altacuna, bella y libre con su cuerpo. La relación entre las dos mujeres, no obstante la diferencia de edad va mucho más allá de una relación laboral, sino que pronto la protagonista entrará a formar parte de su entorno más íntimo. De su mano, entrará en un mundo hasta entonces desconocido en el que el placer y el amor la alejará de la grisácea rutina. A través de una gente que se encuentra más cerca del final del camino, ella comienza el suyo... Gracias a las vicisitudes y a su visión aguda y certera, la protagonista hallará su propio camino hacia la libertad.